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Mostrando entradas de 2012

Féliz Navidad y Próspero Año Nuevo 2013

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E ste blog cierra por Navidad. Serán sólo unos días. Los suficientes para descansar, dejar que el Universo continúe conspirando , y soñar con un pronto y afortunado regreso a esa impresionante Universidad Medieval , que son nuestros pueblos y ciudades. Unos días en los que apoyarse melancólicamente detrás de la ventana y ver la nieve caer. Unos días, también, en los que sentarse cómodamente frente a la pantalla del televisor y dejarse ensoñar con la magia de los grandes clásicos: Qué bello es vivir , Juan Nadie , Casablanca , El Halcón Maltés , Fort Apache , La Legión invencible , El sargento York , Ultimátum a la Tierra , Horizontes perdidos , La Reina de África , El sueño eterno ...Una programación especial, y personalizada, que nada tiene que ver con la apuesta por el bodrio y el mal gusto con los que continuamente nos bombardean unas cadenas de televisión vendidas a los índices de audiencia en perjuicio siempre de la calidad. Unos días, en los que huir -o al menos intentarlo, l

Araia: ermita de San Juan de Amamio

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A raia, o Araya en euskera, es la capital del municipio alavés de Aspárrena, cuadrilla de Salvatierra/Agurain, constituyendo, también, el punto principal de partida de los montañeros que se aventuran hacia los cercanos montes de Altzania y la sierra de Entzia. Se sitúa, además, a una decena de kilómetros, aproximadamente, de Zalduondo, interesante población a la que accedían los peregrinos, una vez superadas las dificultades orográficas planteadas por el denominado paso de San Adrián (1). P oblación reconocida dentro del mundo cultural, a través de su célebre Festival Internacional de Teatro, Araia cuenta, además, con una iglesia del siglo XV, dedicada a la figura de San Pedro, cuya festividad se celebra el 29 de junio, y una ermita del siglo XVIII, de las varias que aún subsisten por el territorio, dedicada a una de las figuras más relevantes de la florida mitología euskaldún: Andra Mari. Sobreviven, además, algunos restos del castillo de Murutegui o Marutegui, cuyos orígenes s

Templos prehistóricos alaveses

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Lo cierto es que los objetos prehistóricos desenterrados nos hablan mucho más de lo que a simple vista parece, de la relación existente entre los aspectos material y espiritual de la vida de nuestros antepasados. Puede decirse que hasta hace poco todas las investigaciones prehistóricas estaban basadas en el estudio a fondo de la civilización material. La base material documental continuará siendo la misma, pero en lo atañedero a su interpretación, en las investigaciones actuales y en las futuras, ocupan ahora el primer plano las cuestiones social y espiritual, y ante todo la religiosa... (1) N o deja de ser una gran Aventura, un auténtico Reto y a la vez un Misterio insondable, intentar penetrar en los abismos desconocidos de esa noche infinitamente larga que es la Historia. Una aventura, un misterio y un reto que, aún al cabo de los miles, millones de años, todavía continúa impenetrable; oculto, quizás, detrás de ese sólido Velo de Isis , vetado con obstinación a la contempla

Románico alavés

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L a provincia de Álava, como vía de penetración a ese singular paradigma histórico que es el País Vasco, ofrece, a lo largo y ancho de su extenso territorio, muestras sensibles e interesantes de un Arte, el Románico, que se extendió como un reguero de pólvora, estableciéndose con saña sobre los ancestrales lugares de culto y tradición, de un pueblo, el vasco, cuyos orígenes aún hoy, en pleno siglo XXI, no han sido convenientemente establecidos y, por lo tanto, continúan siendo un auténtico enigma. N o es de extrañar, por tanto, que, independientemente de la ruta que tomemos -el norte, considerado de una manera estratégica por ser vía de penetración hacia el mar desde Castilla, o la denominada llanada alavesa, donde según los expertos, se localiza el románico de mayor calidad del País Vasco- tengamos, como visitantes, la certera sensación de que, en cualquier lugar donde nos detengamos, lo hacemos bajo la perspectiva de que no ha de tardar en parecernos sencillamente especial. Poc

Santa María la Real de O Cebreiro

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S ería imperdonable, una vez llegados hasta Villafranca del Bierzo, no avanzar apenas una quincena de kilómetros y hacer un alto momentáneo en un lugar muy especial de esa Galicia mágica y ancestral, deteniéndonos en el primer pueblo de la provincia de Lugo, y de hecho, destino ineludible y a la vez complementario para el peregrino, en su viaje trascendental por el Camino de las Estrellas : O Cebreiro. S ituado en lo más alto del puerto, aproximadamente a 1300 metros de altitud, este pueblo, perteneciente a la Comarca de los Ancares Lucenses, llama poderosamente la atención porque aún conserva, como un regalo entrañable a la vista, buena parte de esa ancestral arquitectura tradicional, de índole castrense y celta, que en forma de pallozas, caracterizan tanto a éste como a otros pueblos y municipios de la región, consiguiendo el efecto de que tanto peregrinos como visitantes, tengan la impresión de que, por algún extraño fenómeno físico poco conocido, el tiempo hubiera detenido su

Villafranca del Bierzo: iglesia de Santiago

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C ircula, dentro de ese rico, basto y maravilloso universo arquetípico que engloba tanto a mitos como a leyendas, aquélla que asevera que fueron vaqueiros de Tineo y de Luarca quienes, en su búsqueda de valles para el ganado, se asentaron en las inmediaciones de un lugar, que ya había conocido la habitabilidad humana, cuando menos, desde la Edad del Bronce: Villafranca del Bierzo. A hora bien, históricamente hablando –y una buena pista, la tenemos en su propio nombre- Villafranca fue otra de las innumerables ciudades que surgieron a consecuencia de la Inventio ; es decir, del descubrimiento de los supuestos restos del Apóstol Santiago, que daría como resultado una de las vías de peregrinación más deseadas y transitadas hasta nuestros días, e incluso, me atrevería a decir que una de las escuelas transmisoras de Conocimiento más relevantes de la Edad Media. S ituada estratégicamente entre el Bierzo y los Ancares, Villafranca constituye, también, el punto neurálgico desde el qu

Corullón: iglesia de San Esteban

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S ituada en las proximidades de la iglesia de San Miguel y haciendo piña con el casco urbano de Corullón, la iglesia de San Esteban participa, oculto su pórtico de entrada por una cubierta relativamente moderna, de ese mensario, generalmente criptográfico, tan característico de un estilo artístico como es el románico. Antes de ella, y formando parte de los adornos de una casa particular que, a juzgar por su estado, parece estar deshabitada desde hace tiempo, una pequeña y huérfana maravilla nos avisa de los pecados de la envidia y de la ira, en las figuras, inconfundibles, de los bíblicos hijos de Adán y Eva; es decir, de Abel y Caín. Llama la atención, desde luego, el halo de santidad que recubre la cabeza de un manso Abel, en el que puede apreciarse una inscripción latina. [Afirmación gratuíta, como demuestra Maese Alkaest en su comentario (ver), donde quizás, por un exceso de confianza y un ligero sentido de la asociación, se cometen errores de interpretación de bulto pues, dada

Corullón: iglesia de San Miguel

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C orullón, es otro de esos entrañables e interesantes pueblos bercianos, donde se constata la presencia, en tiempos, de una orden medieval de caballería que, de hecho, tuvo un relevante protagonismo en la zona, siendo receptora de la entrega de numerosos territorios, entre otros monarcas, por parte del rey Fernando II: la Orden del Temple. De hecho, se piensa que ésta iglesia de San Miguel, situada bajo la atenta mirada de águila del castillo que se levanta por encima de la ciudad, fue parte de un monasterio que también les perteneció, hasta que fueron suprimidos en 1312 y sus bienes pasaron, en su gran mayoría, a una orden rival, también presente en las cercanías, la del Hospital de San Juan de Jerusalén . Partiendo de esta base, no ha de sorprendernos, si la formidable estructura del templo, nos recuerda ese tipo de construcción religioso-militar, que servía tanto de lugar de oración, como de baluarte defensivo frente a las embestidas de un enemigo que observaba como sus frontera

El románico perdido de San Juan de Paluezas

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S an Juan de Paluezas, es un tranquilo pueblecito berciano, que hemos de situar, también, en esa ruta repleta de curiosidades y lugares reseñables, que describíamos en la entrada anterior, cuando hablábamos de Castroquilame y su excepcional Pantocrator. Su cercanía a esa herida abierta en el corazón de la tierra, que son Las Médulas y su situación arbitraria entre Priaranza del Bierzo y Carucedo, hacen de él un lugar tranquilo, sí, pero también especial. C ierto es, no obstante, que apenas se reconoce la primitiva fábrica románica en su parroquial, aunque todavía mantenga buena parte de su planta, como demuestra el ábside, con su característica forma semicircular, exento de ornamentación -si es que alguna vez la tuvo- y por lo tanto, mudo en cuanto a los posibles mensajes que los canteros dejaran a la posteridad en este tramo legendario del Camino Jacobeo. Cabe preguntarse, obviamente, por la suerte corrida por su portada principal, sustituída ésta por una exigua portadilla neoc

El Pantocrator de Castroquilame

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'Miré y he aquí que un viento huracanado venía del norte, una nube grande, con fuego que relampagueaba continuamente y claridad alrededor y dentro de él como el centelleo del bronce en medio del fuego. En su centro aparecía la figura de cuatro seres vivientes, cuyo aspecto era éste: tenían forma humana, pero cada uno tenía cuatro aspectos y cuatro alas cada uno. Sus piernas eran rectas, y las plantas de los pies eran como las pezuñas de un ternero. Brillaban como el centelleo del bronce bruñido. Tenían manos humanas por debajo de las alas, a sus cuatro lados. Los cuatro tenían rostros y alas. Sus alas estaban unidas la una a la otra, no se volvían al andar, cada uno iba de frente hacia adelante. En cuanto a la forma de sus caras, una cara de hombre y una cara de león a la derecha de los cuatro, una cara de toro a la izquierda de los cuatro y los cuatro tenían cara de águila. Tales eran sus aspectos. Sus alas estaban desplegadas por encima, cad auno tenía otras dos alas que se

Carracedelo: iglesia de San Esteban

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C arracedelo es una pequeña población de El Bierzo en cuyo término, no obstante partido en dos por esa autovía A6 que conduce a La Coruña, se localiza uno de los monumentos más impresionantes de León: el monasterio de Santa María de Carracedo. Pero además de este arcano cenobio, de cuya historia y características se tratará en otra entrada, en Carracedelo aún podemos encontrar parte de ese rico pasado románico, venido a menos en cuanto a conservación se refiere, en su pequeña iglesia parroquial, dedicada a la figura de San Esteban. S ituada en las inmediaciones de Cacabelos -donde en la puerta de la sacristía de su iglesia, se puede ver una auténtica rareza, como es un Niño Jesús jugando a cartas- su posición estratégica la hace, así mismo, encontrarse en las inmediaciones de la carretera general que conduce a la vecina provincia e Ourense, pasando por poblaciones con misterio y leyenda, como son Priaranza del Bierzo -donde a la salida del pueblo, un árbol alberga la figura, pri

Románico de León

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D urante el pasado mes de enero, tuve la oportunidad, no sólo de conocer, en parte, una región tremendamente pinturesca e inolvidable, como es el Bierzo leonés, sino también de recorrer uno de los ramales más importantes del denominado Camino de Santiago o Camino de las Estrellas y palpar, siquiera de una manera aproximada, esa genuina mezcla de aventura, historia, tradición, misterio, mitología y Arte que encierra ese gigantesco atanor natural, en el que se dieron cita -diríase que como atraídos por un irresistible imán- cátaros, priscilianistas, templarios, peregrinos y gremios compañeriles, entre otros, añadiendo aún más, si cabe, carácter a la región. E s cierto que me faltó mucho por ver. Posiblemente lo más reseñable o impactante, pensarán algunos -no olvidemos, que por desgracia, incluso para el Arte se editan guías con estrellas similares a las de Michelín y en muchas ocasiones, se valora tan sólo lo macrocósmico monumental y despampanante, desdeñándose el resto- echan

Una iglesia legendaria: Santa Eulalia de Abamia

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'No se puede desligar Abamia de Covadonga en el hecho histórico del principio de la reconquista; es el mismo pedazo de terreno donde empezó la lucha que tuvo fin en 1492 ante los muros de Granada. La que llamaron las crónicas romanceadas, Belapmio; la Albendense, Abelamio; el prelado de Salamanca, Belamio; el Padre Mariana, Velaniense; Morales, Pamia; y el jesuita Carballo, Velamio y hoy Abamia, nombre metamorfoseado en el suceder de los tiempos, corrompido por el pueblo o modificado por inhábiles copistas, ha sido fortaleza antes de la monarquía asturiana; mansión real y sepultura de D. Pelayo; monasterio de monjes benedictinos en el año 737, según testifica el P. Yepes y cárcel en 702 de Alfonso II el Casto, destronado por los magnates y restituido al trono por fieles vasallos, acontecimiento que sirviera a nuestro poeta Zorrilla para acción dramática de una de sus literarias joyas...' (1). C omo en el caso de la iglesia de Santa María de Villaverde, las restauracion

Villaverde: iglesia de Santa María

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'Obsesión machadiana: se hace camino al andar. Así viajaban los caballeros andantes y los monjes giróvagos, depositarios -en los siglos mostrencos- del way of life de los druidas. Es la aventura por la aventura: una fabulosa concepción existencial que ya casi nadie alcanza a comprender'. (1) L uis Díez Tejón, en su guía Prerrománico y románico asturiano (2), describía ésta curiosa iglesia de Villaverde, como otro templo rural en estado de abandono . Obviamente, en la actualidad, tal descripción queda por completo obsoleta, aunque bien es cierto que la restauración llevada a cabo entre el año 2008 -fecha de la publicación de la citada guía, en su tercera edición- y ese no lejano mes de abril de 2012 -fecha en la que, en honor a la verdad, me tropecé con ella de regreso de una excursión por Llanes y San Julián de Viñón- la restan buena parte de ese encanto, ciertamente romántico, con el que el tiempo dota de pátina a las piedras y de canas a los hombres, haciéndoles -d

Una joya del románico asturiano: el monasterio de San Pedro, en Villanueva de Cangas

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'En la catedral de Asturias, los mitos son adornos de sus fuentes, de sus sendas, de sus bosques... Y no obstan a la oración que se levanta en ellos, asombrada como si fuera una alondra' (1). I mprescindible se hace, al menos para todo aquél que desee contemplar una de las mayores joyas románicas del Principado de Asturias, una visita a la cercana población de Villanueva de Cangas, donde aún se conserva, en relativo buen estado, la iglesia de lo que en tiempos fuera uno de los monasterios más importantes de los noventa o más (2), que se levantaron en suelo astur: el de San Pedro. H emos de situar Villanueva, a escasos dos, a lo sumo tres kilómetros de distancia de la regia Cangas de Onís; y como ésta, su fértil tierra se abastece de las primordiales bendiciones del mítico Sella. De hecho, se accede al lugar, atravesando un puente -desgraciadamente moderno- que comunica las dos orillas. Hoy día reconvertido en el Parador Nacional de Cangas, los orígenes de este monas