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Mostrando entradas de 2014

Betanzos: iglesia de San Francisco

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S in ánimo de restar mérito, belleza y misterio a los otros exponentes artísticos de esta hermosa villa de Betanzos, como son las iglesias de Santiago y de Santa María del Azogue, no resultaría, en modo alguno, exagerada, impremeditada o gratuita la afirmación de que, posiblemente, tengamos en este maravilloso conjunto arquitectónico que compone el convento de San Francisco, una de las obras más espectaculares de cuantas engrosan el patrimonio histórico-artístico de la región   betanceira . Una obra que, además de reproducir, supuestamente, modelos de origen francés, según algunas fuentes, que ponen como ejemplo el de San Gall, contiene, además, otras singularidades que bien merecen un oportuno toque de atención. Evidentemente, sería imperdonable pasar de largo, sin mencionar el significativo detalle de que, alrededor del año 1289, fecha aproximada en la que se supone su fundación, los clérigos mendicantes franciscanos se instalaron en este solar, donde, a todas luces, parece ser q

Betanzos: iglesia de Santa María del Azogue

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I ndependientemente de que se atribuye, al menos en sus inicios, a la promoción de Fernán Pérez de Andrade, conocido como O Boo – el Bueno -, la ausencia de documentación, en particular referida a este formidable compendio de sabiduría arquitectónica que es el templo de Santa María del Azogue, no sólo hace que su esencia se vea envuelta en un misterioso e impenetrable velo, sino que, además, permite especular con la posibilidad –tal y como señalan algunas fuentes-, de que sus orígenes sean, en realidad, mucho más antiguos de lo que generalmente se supone. A tal respecto, no resulta extraña la sugerencia de que probablemente el templo, de acusadas características originadas en ese arte de argot –como Fulcanelli definía al estilo gótico que dejó completamente obsoletos a sus precedentes románicos-, se construyera sobre los cimientos de la primera parroquial brigantina, fundada en el siglo IX, antes, incluso, de producirse el traslado poblacional realizado en el siglo XIII a inst

Betanzos: iglesia de Santiago

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B etanzos, antigua encomienda que los templarios establecidos en Galicia permutaron en 1255, y a instancias del rey Alfonso X, por las martiniegas reales de Zamora, que comprendían las tierras de Aliste y Alcañices. Una permuta, que seguramente, y después de todo, tuvo un trasfondo oculto dentro de los planteamientos filosóficos de una orden de caballería que durante sus aproximadamente doscientos años de existencia, dio cumplidas muestras de grandeza e ideales, los cuales, en muchas ocasiones, se apartaban de la ortodoxia previamente establecida. Hablar de los edificios sacros más emblemáticos de Betanzos, obliga, cuando menos, a ésta pequeña apreciación, pues aunque no se puede decir que templos como el presente de Santiago, o los de San Francisco y Santa María del Azogue, que veremos en próximas entradas, fueran de su autoría, sí se podría afirmar, no obstante, que al menos una parte importante de su espíritu , sobrevivió en cada uno de ellos. E n la actualidad, el templ

Descubriendo Betanzos

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A l igual que Noya, Betanzos es otra de esas ciudades de la costa coruñesa, donde la Historia, el Arte y los grandes enigmas del pasado conspiran constantemente, hasta el punto de conseguir que una visita por su casco antiguo, se convierta en una auténtica aventura, con múltiples e inesperadas ramificaciones. Parte de esas ramificaciones, posiblemente se deriven de un dato fundamental, que hay que tener muy en cuenta a la hora de valorar sus principales templos: Betanzos fue una de las más importantes encomiendas de la Orden del Temple en la Península Ibérica. Una encomienda, dicho sea de paso, que fue permutada en 1255, por el rey Alfonso X el Sabio, a cambio de la martiniega real de la Tierra de Alcañices y Aliste, situada en la provincia de Zamora. De ahí que, probablemente, sobrevivan muchas de las antiguas referencias simbólicas de éstos, en los tres templos a los que hacíamos referencia anteriormente, que no son otros que los de Santiago, San Francisco y Santa María del Azogu

Enigmática Santa María a Nova

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L a iglesia de Santa María a Nova, situada también en pleno casco urbano de Noya, a apenas unas calles de distancia de donde se levanta la imponente iglesia-fortaleza de San Martiño, quizás no brille tanto en su conjunto ornamental, en comparación con los fascinantes y no pocos misterios que la rodean. Este detalle hace, sin duda, que en tiempos modernos, esta hermosa construcción, del tipo denominado como iglesias o capillas de influencia marinera, se haya convertido en un auténtico paradigma, que atrae la atención de un público, en general apasionado por los grandes enigmas y misterios de la Historia. Esto se debe, sobre todo, a la gran cantidad de laudas que, datadas entre los siglos XII y XVI, conforman la mayor colección en su género, no sólo de España sino probablemente también del mundo, de manera que se podría decir, sin faltar a la verdad, que son poco menos que únicas en su género, aunque conforman un conjunto antropológico difícil de definir. Una gran colección que, d

Fascinante Noya: iglesia de San Martiño

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C oncedida en señorío a la Iglesia de Santiago en 1168 por el rey Fernando II, el mismo que la trasladó y la rodeó de murallas algunos años después de ser arrasada por piratas de origen árabe, Noya continúa levantando admiración y suspicacias, sobre todo en lo referido al que probablemente sea el templo más espectacular de cuantos se levantan en el casco histórico o en sus alrededores: la iglesia de San Martín. O lo que viene a ser lo mismo, pero popular y entrañablemente hablando: San Martiño. S i bien una inscripción situada en su portada principal, nos dice que se terminó de construir en 1434 –época en la que incluso ya el gótico comenzaba a experimentar notables evoluciones y cambios-, algunos detalles, como la mencionada portada principal, situada en el lado oeste –por la que fieles y peregrinos, simbólicamente hablando, invertían el sentido del Camino, penetrando de la sombra a la luz- parecen señalar, por su evidencia, unos orígenes netamente románicos, en los que se

Fascinante Noya: la Capela de San Antón

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F undada o no por Noela, una de las nietas del bíblico Patriarca Noé, como asevera la Tradición, Noya en su conjunto es un completo paradigma, donde Historia, Arte, Belleza y Misterio conspiran constantemente, invitando al viajero a introducirse siempre en el fascinante universo de la intriga y la especulación. No bien se pone los pies en esta ciudad, mecida suavemente al amparo de su ría y acostumbrada a las elegantes acrobacias de las gaviotas que la escudriñan cada día desde unos cielos generalmente cubiertos de nubes, éste tiene la sensación, por otra parte absolutamente certera, de que existe vida mistérico-artística más allá de Compostela y los logros memorables de aquél enigmático Maestro Mateo, al que se llegó a considerar, en tiempos, nada menos que como un oscuro arquitecto del rey Don Fernando II de León. Hablar de Noya, posiblemente conlleve, sine quanum, la asociación inmediata con un fenómeno mediático asociado a la magia del Camino de Santiago y de proporciones insup

Románico de La Coruña

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E l Camino continúa. A través del Tablero Mágico que acompaña simbólicamente los pasos y las experiencias vitales de los peregrinos, las Ocas nos invitan a dar el salto, y siguiendo su vuelo hacia el Oeste, dejamos atrás la Rovoyra Sacrata , y nos introducimos detrás de ellas en una provincia que tiene mucho que ofrecer: La Coruña. Ningún viaje es completo; y de la misma manera que cuando recorrí parte de esa zona privilegiada que hermana a las provincias de Lugo y Orense, este breve viaje por el Oeste, no es un final, sino un comienzo: el comienzo de una aventura histórico-artística, que requiere, como casi todo en esta vida, partir para volver. Por eso, se propone un pequeño viaje, donde posiblemente muchos echen en falta numerosos lugares de carisma e interés, pero donde se reconozca, también, que los que se mostrarán durante las próximas entradas, no desmerecen en absoluto esas carencias, sino que, por el contrario, suponen un dulce acercamiento al románico coruñés, a la vez qu

Rovoyra Sacrata: un viaje alucinante

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E l viaje toca a su fin, pero no es un adiós definitivo, sino simplemente un hasta la vista. Es imposible decir adiós a un lugar como la Rovoyra Sacrata . Los sentimientos no lo permiten. Y desde luego, el espíritu tampoco. Aun simplemente viendo una pequeña parte, difícil resulta no sentir nostalgia. La nostalgia, más que una cualidad, es un Don. Sería injusto si sólo pensara en la Rovoyra Sacrata como el único Don de Galicia. Galicia entera, en su conjunto, céltico y ancestral, es el mayor Don con el que uno tiene la suerte de toparse. Por eso, aunque momentáneamente nos despedimos de esta zona privilegiada que une aún más si cabe a la provincias de Lugo y Orense, el Viaje continúa por estas tierras llenas de Magia y de Misterio. El Caminante es como una gota de agua que se deja llevar. Por eso os invito también a dejaros llevar y si con las futuras entradas se consigue llevar a cualquier rincón del mundo un poquito de esa chispa ancestral, de esos enigmas encumbrados, de esas c

San Miguel de Eiré

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A punto de concluir este breve, pero espero que interesante recorrido por parte de los lugares más significativos de ésta inconmensurable Rovoyra Sacrata en la que comparten protagonismo las provincias de Orense y Lugo, sería imperdonable hacerlo sin dedicar, siquiera unas breves líneas, a un lugar, desde luego, muy especial: San Miguel de Eiré. N o obstante situado tierra adentro, entre Ferreira de Pantón y Monforte de Lemos, la iglesia sobreviviente de lo que en tiempos fuera otro importante cenobio, muestra, en su conjunto, interesantes detalles, cuya composición, desde luego, invita seriamente a la especulación, sugiriendo ciertas presencias en el lugar, que aunque privadas del auxilio y garantía de los testimonios escritos, no se deberían descartar sin más. Sería el caso, por más señas, de la Orden del Temple. Su presencia no nos resultaría demasiado extraña, si se observan determinados símbolos que parecen corroborarlo y además se tienen en cuenta, además, otros fac

San Fiz de Cangas

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O tro de los lugares que merece la pena visitar, donde incluso Cronos pinta canas y el misterio invita a la reflexión, no es otro que ésta iglesia, testimonio notable de lo que en tiempos fuera un singular monasterio, el de San Fiz de Cangas. Aislado en mitad del campo –en las proximidades, y lo comento como dato anecdótico, se puede apreciar el arte tan singular que antiguamente se desplegaba incluso en la construcción de palomares, lo que nos da una idea, también, de la importancia que tenían-, y a una distancia aproximada de tres kilómetros de Ferreira de Pantón y su monasterio de sórores cistercienses, bajo la advocación de Santa María, como no podía ser de otro modo, también aquí, en San Fiz, las donas jugaron un papel relevante, hasta ser incorporadas definitivamente al monasterio de San Paio de Antealtares. Ocurría esto, en el año 1515, si bien hasta entonces, la comunidad monástica gozaba del peculiar y poco común privilegio de la independencia. A cerca de sus orígenes

San Esteban de Atán

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O tro de los lugares interesantes,   tanto por su situación como por sus especiales características, es la iglesia de lo que en tiempos conformara el monasterio de San Esteban de Atán. Distante, aproximadamente, unos quince kilómetros de Pombeiro y de su templo, dedicado a la figura de San Vicente –se accede desde la N120 en dirección a Monforte de Lemos-, constituye todo un enigma histórico, con multitud de detalles que destacar, entre los que no faltan, desde luego, la presencia, en los sillares de sus muros, de numerosas y a la vez curiosas marcas de cantería, cuyas peculiaridades las hacen de alguna manera especiales y que probablemente fueron realizadas por los primeros canteros, al parecer de origen suevo o visigodo, cuyos ejemplos resultan ya realmente escasos en Galicia. A este respecto, y emplazado en un solitario lugar, situado muy cerca de la confluencia de los ríos Sil y Miño, su historia, no obstante y por lo que se sabe, está indiscutiblemente ligada a la figu