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Mostrando entradas de 2011

Feliz Navidad

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L levo años preguntándome por qué los rayos del sol iluminan el capitel de la Natividad únicamente los días en que comienza la primavera y el otoño -según comenta Javier Sainz Saiz (1), porque personalmente aún no he tenido la ocasión de comprobarlo por mí mismo, a pesar de visitar el lugar hace unos meses- y no lo hace, precisamente, en el solsticio de invierno, coincidiendo, como sería lógico pensar, con la temática del referido capitel. ¿Acaso fue un imperdonable error de precisión de los canteros medievales?. ¿Cómo un detalle de tal magnitud pudo pasarle por alto al mismisimo Juan de Quintanaortuño, es decir, San Juan de Ortega, -discípulo aventajado de Santo Domingo de la Calzada-, que levantó el cenobio que lleva su nombre, estableciéndose en él con el fin de asistir al peregrino, abriendo y asegurando caminos en esos emblemáticos Montes de Oca?. ¿Por qué los cátaros, solían representar a Cristo sin cruz?. ¿Y por qué esa misma representación, aparece en uno de los capiteles de la

Románico Asturiano: las ermitas del Monsacro

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'Según Aurelio de Llano, forman la mitología asturiana: el nuberu, las xanas, el cuélebre, la sirena, el trasgu, el diablo burlón, la güestia y los encantos que aparecen en la mañana de San Juan. Esos serían, por así decirlo, los mitos principales y absolutamente auténticos...' (1). H ay lugares en los que resulta difícil separar el mito de la realidad. Por eso, hablar de un lugar como el Monsacro conlleva, inevitablemente, dejar de lado cualquier tipo de convencionalismo ortodoxo y expandir la visión interior hacia tiempos inmemoriales, neolíticos cuando menos, en que las diferentes culturas que fueron poblando el entorno, le fueron aportando, a la vez, una miscelánea divina, que habría de convertirlo en un lugar eminentemente sacro. Hasta esta cumbre, envuelta en niebla la mayor parte del año, asegura la Tradición (2) que llegó don Pelayo, tras huir de Toledo ante la inminencia de la conquista árabe. Le escoltaba un grupo de soldados de Morcín, conocedores de la región, y con

Románico Asturiano: San Esteban de Sograndio

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'Monumento -del latín monumentum, derivado a su vez de monere, cuya acepción es "advertir, recordar la presencia"- es toda aquella realización material humana con voluntad de permanencia. En todo territorio, las sociedades que sucesivamente van ocupándolo jalonan su trayectoria con creaciones materiales destinadas a preservar su memoria...' (1). S in salir de las cercanías de Oviedo y su ámbito de influencia, apenas un kilómetro separa Priorio de Sograndio, otro pequeño pueblo astur, en el que felizmente sobrevive otro de los templos románicos del Principado, digno de mención: San Esteban. L a iglesia románica de San Esteban, se localiza en un altozano que domina el pueblo, en las proximidades del camposanto municipal, con el que comparte un pequeño prado, de verde y mullida hierba, en el que no falta su paseo, así como una agradable variedad de árboles. Se trata de un lugar tranquilo, por añadidura, en el que el espíritu se solaza con la suave música del viento agita

Románico Asturiano: San Juan de Priorio

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D entro del ámbito de influencia de Oviedo, y a escasos 8 kilómetros de la capital, se localizan dos interesantes exponentes del arte románico asturiano: la iglesia de San Esteban, en Sograndio, y la iglesia de San Juan Bautista, en Priorio. De mi visita a Priorio recuerdo, anecdóticamente, una carreterilla comarcal tan estrecha, que resulta imposible para el tráfico de vehículos en ambos sentidos. De hecho, finalizada mi visita al templo de San Juan Bautista, sufrí las consecuencias de un inesperado atasco, cuando un camión bloqueó por completo la carretera, siendo ésta el único medio para acceder a la general, detalle que se muestra en la última fotografía del segundo vídeo. C on numerosos elementos añadidos en época moderna -por ejemplo, una curiosa capilla de forma hexagonal en su fachada norte- ésta iglesia de San Juan tiene, como particularidad digna de mención, el único tímpano labrado que se conserva en todo el Principado. Tímpano que, dicho sea aprovechando la ocasión, constit

Camino de Santiago Asturiano: Santa María de Narzana

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S e sitúa este interesante templo románico de Santa María de Narzana, a dos kilómetros escasos de Vega, la capital del concejo de Sariego. Elevado sobre un vallecillo en el que, como es habitual, las diferentes tonalidades de la vegetación cautivan con su vitalidad y belleza, se observa, producto de sus sucesivas restauraciones, el entramado que, a la manera de porche y característico en la gran mayoría de iglesias asturianas, protege el pórtico de entrada, otorgándole un peculiar aspecto. Entre estos añadidos modernos, cabe mencionar, como curiosidad a tener en cuenta, la distribución del suelo que cubre dicho porche: un medallón central sobre el que inciden numerosas ramificaciones, a modo de radios. Este mismo diseño, dicho sea como dato anecdótico, se puede observar también en la ermita de planta octogonal de Santiago , enclavada, junto con otra ermita de planta y detalles más sencillos -la de la Magdalena- en la cima del Monsacro. O pinan algunos autores (1), que aún obviando a pr

Camino de Santiago Asturiano: Santiago el Mayor, de Sariego

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N o muy lejos de donde se ubica la iglesia de San Román, y en una zona conocida como los Llanos de Carabiego , la iglesia de Santiago el Mayor apenas conserva la huella de sus milenarios orígenes prerrománicos. Sobreviven de ellos, y en cierto modo milagrosamente, tan sólo una ménsula y tres pequeñas ventanas que, de alguna manera, evocan melancólicamente la grandeza que tuvo que tener en su día, como otro gran exponente de ese maravilloso Arte Asturiano que tanto cautiva a propios y extraños. De sino idéntico al de San Román, ésta iglesia de Santiago también sufrió las consecuencias de una contienda fratricida, en el transcurso de la cual -probablemente también en sus inicios- fue saqueada e incendiada; al menos, la parte que sobrevivió a otra auténtica plaga, como fue la invasión napoleónica de la Península. Se sabe que, entre otros, los concejos de Sariego y Pola de Siero fueron fecundos en actividades guerrilleras contra el invasor francés. Así mismo, es posible que en los campos

Camino de Santiago Asturiano: San Román de Sariego

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P artiendo del Valle de Boides, donde el peregrino tiene la oportunidad de visitar una auténtica joya del Arte Asturiano, como es la iglesia de San Salvador de Valdedios -el popular Conventín - y de pernoctar en las instalaciones habilitadas a tal efecto, anexas al monasterio cisterciense de Santa María, apenas treinta y dos kilómetros le separan de Oviedo. Tiene la oportunidad de recorrerlos por una carretera comarcal que, corcobeando entre puertos y bosques de soberbia belleza, desciende hacia el concejo de Sariego, en cuyo escudo, el buscador de símbolos puede localizar una jarra de claras alusiones griálicas. En Sariego tiene, cuando menos, tres paradas de interés: la iglesia de San Román; la iglesia de Santiago el Mayor y, aproximadamente a unos dos kilómetros de Vega, la capital del concejo, la interesante iglesia de Santa María de Narzana. L a iglesia de San Román, situada a la vera del pueblecito o aldea del mismo nombre, sufrió, como muchos otros templos de la geografía astur

Camino de Santiago Asturiano: San Juan de Amandi

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P arte del Camino de Santiago en Asturias, se desarrolla por la atractiva y prolífica región de Villaviciosa. Una de las paradas, obligatoria y situada en pleno casco urbano de esta hermosa urbe localizada a la vera de la Ría que lleva su nombre, está en la iglesia de Nª Sª de la Oliva , donde se localizan interesantes elementos simbólicos, entre los que destaca, bien visible en su parte frontal, la estrella de seis puntas o sello de Salomón. No hay que olvidar, por supuesto, otros lugares de interés, como Santa María de Lugás (o Llugás), que aún conserva el antiguo hospital de peregrinos y una no menos interesante simbología; San Xulián de Viñón, donde desde luego, apenas quedan huellas de sus primigenios orígenes prerrománicos; el Conventín, o lo que es lo mismo, San Salvador de Valdedios y junto a él, otra joya que aúna austeridad y simbolismo (incluida la estrella de seis puntas o sello de Salomón, en su interior) como es el monasterio cisterciense de Santa María y por supuesto, l

Villanueva de Teverga: la magia interior de Santa María

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A penas unos insignificantes kilómetros separan San Martín de Teverga y la prerrománica concepción de los capiteles de su colegiata, de la intencionada y a la vez increíble madurez espiritual de aquéllos otros que se localizan en la parroquial de Santa María, en Villanueva. Capiteles únicos en su género, por añadidura -los expertos hablan de otros similares en una iglesia suiza- milagrosamente salvados, no sólo del incendio revolucionario de 1934, sino también del apocalipsis pátmico de aquélla desgraciada continuación que fue la Guerra Civil. De hecho, la iglesia de Santa María de Villanueva tuvo que ser reconstruída prácticamente por completo y todavía hoy, más de setenta años después de tan dramático e irreparable episodio, aún se pueden ver parte de sus desastrosos efectos en los agujeros de bala que socaban las pinturas virginales que coronan el hemisferio celeste de su ábside. Quizás por ello, los vecinos sientan cierto recelo cuando ven acercarse a su parroquial a foráneos, ten

San Martín de Teverga: Colegiata de San Pedro

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U no de los concejos asturianos más espectacular e interesante, es éste de Teverga. Vecino de otros concejos no menos espectaculares, como Quirós, Proaza o Santo Adriano, no guarda sólo una naturaleza indómita y espléndida, recorrida por la denominada Senda del Oso , que parte de las inmediaciones de Tuñón y cada verano atrae a más excursionistas, sino que también custodia una larga, antigua historia no del todo conocida, entre la que destacan algunas joyas artísticas de primera magnitud, que bien merecen la pena de una larga, y si es posible, profunda visita. De ellas merecen especial atención, por encima de cualquier consideración, la iglesia de Santa María, en Villanueva de Teverga, y éste auténtico rompecabezas cultural que es la Colegiata de San Pedro, localizada en la población de San Martín, situada, aproximadamente, a dos o tres kilómetros escasos de distancia de la anterior. N o es una cuestión baladí hablar de puzzles o rompecabezas culturales, a la hora de definir los elemen

El embrujo del monte Naranco: Santa María y San Miguel de Lillo

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E s imposible no dejarse subyugar por su embrujo, y poco importan las veces que uno haya subido a esa ladera del monte Naranco, siempre a la vista de la inmemorial e histórica Oviedo : Santa María y San Miguel de Lillo, son siempre una visita obligada. C uesta imaginarse un templo en ésta esplendorosa mole áurea de Santa María; sobre todo, cuando se sabe que no nació como tal, sino como palacio de uno de los reyes astures que más se involucró e influyó en el denominado Arte Asturiano: Ramiro I. Fueron tantos los templos que mandó levantar durante su breve reinado (842-850), que al hablar de los que todavía subsisten, nadie duda en referirse a ellos como de estilo ramirense . C omo éste otro pequeño poema de piedra y decadencia, situado a apenas doscientos metros escasos del anterior. San Miguel de Lillo o de Liño, venido abajo ya en el siglo XIII, que sólo muestra una ínfima parte de lo que realmente fue. La primera vez que lo vi, se asentaba, solitario e indolente, en un pradillo de p

De cisne a patito feo: la iglesia de Santa Eulalia de Mérida

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S ituada en pleno centro de Santolaya, a la vera misma del Monte Sagrado o Monsacro, lugar hacia el que mira posiblemente con nostalgia su reinventado campanario, la iglesia de Santa Eulalia de Mérida apenas conserva vagos recuerdos de la noble belleza original con la que fue concebida. Una belleza cuyos orígenes, aunque no lo parezca por su actual aspecto, se remontan a aquél misterioso siglo IX que para la monarquía asturiana significó una auténtica revolución en el ejercicio y desarrollo de una arquitectura sagrada, que rompía moldes con la visigótica precedente y anticipaba un románico que habría de servir de base para posteriores estilos, más complejos y espectaculares aún si cabe. D e su época de cygnatus , o de cisne venido a menos si se prefiere, el templo conservo una partida de nacimiento que, en forma de piedra fundacional, ocupa un lugar destacado cerca del altar. En una de las capillas laterales de su modificada planta (1), y convenientemente disimulada bajo una generosa c

Enigmática Santo Adriano

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D e mi primer viaje a Tuñón, en el concejo de Santo Adriano, recuerdo una pareja de ocas retozando tranquilamente en un pradillo situado al pie de la carretera que, una veintena de kilómetros más allá, desemboca en Trubia y en el acceso a la A63 , con dirección a Oviedo; algunos turistas alquilando bicicletas para perderse por la magia natural de la llamada Senda del Oso y a una persona de respetable edad que, he de suponer motivada quizás por un exceso de celo, se negó en redondo a franquearnos el acceso al templo de Santo Adriano. Eso sucedía, meridianamente hablando, casi a finales de julio. Mi segunda visita, desde luego, fue diferente. De las simpáticas ocas, no había ni rastro, aunque aún quedaban por los alrededores algunos turistas disfrutando plácidamente de un mes de septiembre menos promiscuo a las aglomeraciones y más arduo a la tranquilidad. El exceso de celo de la dama en cuestión se transformó, no obstante ahora, en una educada disposición, donde, dejando aparte el deta

El tranquilo recogimiento de Bendones: Santa María

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B endones es una modesta población, situada del casco urbano de Oviedo a similar distancia a como puedan estarlo, sin ir más lejos, otras dos maravillosas joyas del Arte Asturiano -Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo- aunque en otra dirección. Una dirección, ajena a las, en ocasiones desesperantes instrucciones del GPS de turno, en la que únicamente se precisa no despistarse demasiado siguiendo los carteles indicativos que señalan la dirección de los monumentos prerrománicos . D igo esto, en atención a toda persona que, como yo, no destaque especialmente a la hora de manipular esos endemoniados mapas interactivos modernos y desee evitarse, por consiguiente, la desagradable experiencia de atravesar de una parte a otra la ciudad, dando tumbos como una peonza. Tampoco ha de asustarse, a priori, si tomando la dirección señalada, se tropieza con una pequeña aldeíta llamada Covadonga: que esté tranquilo, porque no ha llegado, ni mucho menos, a las inmediaciones del principal San

La Magia del Valle de Boides: San Salvador de Valdedios

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'Salvador, este sea santo templo bajo la advocación de tu nombre, que también sea de tu agrado todos estos dones que aquí te ofrecemos, pero quien quiera que intente quebrantar temerariamente mis votos, que se vea privado de la luz, Cristo, y que la tierra lo trague a él en vida y que la mendicidad y la lepra hagan presa en su descendencia' (1). N o cabe duda de que una de las regiones más fascinantes y pinturescas del Principado de Asturias, es ésta de Villaviciosa -la antigua Maliayo-, cuyo nombre, siguiendo los principios básicos de asociación por los que solemos guiarnos generalmente, evoca la referencia obligada a una bebida determinada, que aún en los cantares tradicionales, continúa acompañándose con el excelso calificativo de los dioses , y que bien podría compararse con el soma o bebida sagrada tradicional, determinativa de otros pueblos y otras culturas: la sidra. P ero no es de la magia inherente a su injesta y los interesantes ritos de hermandad que la acompañan,

Lena: el plácido sueño de Santa Cristina

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'Después de la Verdad, nada es tan bello como la ficción' [Antonio Machado] H ablar de esta auténtica maravilla del Arte Asturiano , implica, necesariamente, hacerlo desde el punto de vista de uno de los conceptos que mejor la definen: Armonía. Armonía que no se centra, exclusivamente en el templo y sus áureas proporciones, sino que se extiende, formando un conjunto indivisible, con el extraordinario entorno en el que se ubica: las montañas del concejo de Lena. S i obviamos el único detalle que desentona en este conjunto, y obviamos también la ruidosa molestia que produce -me refiero a la autovía A66 o Vía de la Plata - tendremos la visión de un lugar idílico, semejante a los paisajes bucólicos aunque entrañables en los que se embarcaban los grandes maestros de la pintura romántica del siglo XIX. I nfluenciados, pues, por esta bucólica ventana romántica abierta a la percepción, permitamos que nuestro ensueño comience a pie mismo de esa colina conocida como Vega de Rey. En ell