Románico de León


Durante el pasado mes de enero, tuve la oportunidad, no sólo de conocer, en parte, una región tremendamente pinturesca e inolvidable, como es el Bierzo leonés, sino también de recorrer uno de los ramales más importantes del denominado Camino de Santiago o Camino de las Estrellas y palpar, siquiera de una manera aproximada, esa genuina mezcla de aventura, historia, tradición, misterio, mitología y Arte que encierra ese gigantesco atanor natural, en el que se dieron cita -diríase que como atraídos por un irresistible imán- cátaros, priscilianistas, templarios, peregrinos y gremios compañeriles, entre otros, añadiendo aún más, si cabe, carácter a la región.
Es cierto que me faltó mucho por ver. Posiblemente lo más reseñable o impactante, pensarán algunos -no olvidemos, que por desgracia, incluso para el Arte se editan guías con estrellas similares a las de Michelín y en muchas ocasiones, se valora tan sólo lo macrocósmico monumental y despampanante, desdeñándose el resto- echando en falta monumentos histórico-artísticos de la talla de San Isidoro de León, San Miguel de Escalada o Peñalba de Santiago.
Tal vez el viaje en el que me propongo embarcarles en las próximas entradas, no sea tan espectacular, pero no por ello, piensen que carece de interés. En su conjunto y aún también -por qué no decirlo- en sus carencias, no deja de tener, en el fondo, esa venerable dosis de simbolismo y misterio que hacen de su historia un pequeño desafío a la imaginación.
Y un dato importante: el peregrino que recalaba en ellos durante su viaje hacia la tumba del Apóstol, e incluso algunos más allá, hacia el fin del cámino céltico en el Finis Terrae, leía y aprendía en ellos, como en un libro abierto.

Comentarios

KALMA ha dicho que…
Hola Juan Carlos! Una buena forma de empezar la mañana de la mano de Lucifer y viendo una pizquita de la de El Bierzo ¡Cómo me gusta! Tiene un imán donde todos los que acuden a su cita quedan prendados, da igual lo que busques, naturaleza, historia, leyendas, el buen yantar, la buena gente... Todo esto y mucho más lo engloba esta tierra fuerte y fría, verde y fértil.
Oye, tú margen del blog de fotitos, la primera del margen ¿Está en Corullón? ¿¿¿Dónde??? Porque si lo sé es porque lo he visto en el vídeo, parece que está en una casa... ¡Sorpresa! Gracias por traerme tan buenos recuerdos.
Besotes!!
juancar347 ha dicho que…
Hola, bruja. Yo no hubiera descrito mejor una tierra como la berciana. En efecto, todo cuanto dices se da cita en ella, como un imán que te atrapa y te impele a volver. Supongo que te refieres a esa pequeña y anónima genialidad románica que representa a Abel y Caín. Sí, está en una casa, en Corullón, a escasos metros de la iglesia de San Esteban. Poco más podría decirte de ella, salvo que es una pena que, a falta de su lugar de origen, pase tan desapercibida. Me alegro que te guste y te traiga agradables recuerdos. Aún, como sabes, tengo cosas pendientes con el Bierzo, y entre ellas, cómo no, un sitio que conoces bien: Peñalva de Santiago. Un abrazo

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