El Arenal: iglesia románica de San Juan de Orejana

 


La Meseta castellana y sus peculiares circunstancias, repleta de pueblecitos y lugares pintorescos, en los que muchas veces resulta difícil no reencontrarse con esos fragmentos de la Historia, derivados, esencialmente, de su arte, de su arquitectura y por supuesto, de su tradición.


El viajero cuyos intereses y aficiones estén encaminados en ese sentido, encontrará en ella, sin duda alguna, un verdadero filón, que no sólo enriquecerá sus conocimientos, sino que también proporcionará una agradable perspectiva a su sentido de la aventura.


La tierra de Segovia, en su conjunto, resulta todo un universo a descubrir, pues no en vano, su Patrimonio artístico y cultural, es uno de los más sobresalientes de España y en cuanto a arte arquitectónico de época se refiere, sobre todo, en aquel conocido como Románico, su amplitud y riqueza resultan, indiscutiblemente, espectaculares.


De esos ínclitos talleres de canteros medievales, que, siguiendo las vicisitudes de un importante periodo histórico conocido como la Reconquista, fueron descendiendo desde las brumosas montañas del norte, asentándose en los territorios recuperados y colaborando con su maestría a la repoblación de los mismos, las legendarias tierras segovianas constituyen un verdadero tesoro a descubrir.


En este sentido, uno de los templos más hermosos y a la vez, más genuinos de su paso por la región, es este que tengo el placer de presentarles hoy y que es conocido con el nombre de San Juan de Orejana.


Situado en el extrarradio de la población de El Arenal, prácticamente pegado a una carretera comarcal, que, en cuestión de pocos kilómetros conduce al viajero hacia lugares de interés cultural, como la ermita de la Virgen de la Vega, en Requijada y un poco más adelante, a pueblos pintorescos y culturalmente interesantes, como Pedraza -lugar, que, por sus características medievales, durante varios años consecutivos fue elegido para presentar el anuncio de la Lotería de Navidad- este templo, dedicado a la figura de San Juan Bautista, mantiene todavía, en buena parte, su estructura original.


Una estructura, en la que destaca, como suele ser corriente dentro del románico de Segovia, su peculiar galería porticada, en la que ya, observando las particularidades añadidas a su destacada escultura, el observador atento podrá darse cuenta de que se encuentra frente a otra de las innumerables huellas de unos talleres de canteros que fueron especialmente prolíficos en la zona de Sepúlveda y sus alrededores.


Llama la atención, además de la galería porticada -donde es notable la insistencia de temáticas encuadradas dentro de fondos de zarcillos, como los machos cabríos enfrentados o la presencia de una inusual Crucifixión- la presencia de un buen número de rostros, de diferente índole, que, situados alrededor del arco, nos ofrecen una idea de la posición social de los impertérritos modelos, recurso decorativo que suele ser frecuente en numerosos de los templos situados a lo largo y ancho de este singular territorio.


Otra de las características dignas de admirar y corriente, también, a numerosos templos similares de Segovia, es la considerable y vertiginosa altura de su torre-campanario, detalle, que, además, nos indica otra de las funciones añadidas a este tipo de templo y arquitectura: la de vigía, aunque, en este caso, parece haber sido remodelada en épocas posteriores a su construcción y se localiza, inusualmente, pegada al ábside o cabecera, ocultando parte de éste, lo que ofrece un aspecto peculiar en el conjunto principal del templo.


Una cabecera, en la que, además, se aprecian notables modificaciones, como la inclusión de ventanales, que, desde luego, merman su primigenia originalidad, aunque no lo suficiente como para no poder admirar la belleza que todavía se mantiene en su conjunto.


Otro de los detalles que merece la pena observar, es que el solado de su galería, orientada hacia el sur, mantiene el empedrado medieval original, en el que todavía pueden observarse algunas piedras labradas con motivos que quizás pertenecieran originalmente a alguna lauda de origen romano y por lo tanto, mucho más antigua, reutilizada como relleno.


A escasos metros del templo se localiza el pequeño cementerio municipal y en las proximidades, varios cruceros de piedra recuerdan el trasiego de peregrinos, que, subiendo hacia el norte por los diferentes caminos, se incorporaban a las principales rutas de peregrinación que se dirigían hacia Compostela.


En definitiva: tenemos, en el templo de San Juan de Orejana, uno de esos magníficos ejemplos de arquitectura románica, cuya belleza, enigmas y detalles, no defraudará, en absoluto, el paladar artístico más exigente.


AVISO: Tanto el texto, como las fotografías que lo acompañan, así como el vídeo que lo ilustra, son de mi exclusiva propiedad intelectual y por lo tanto, están sujetos a mis Derechos de Autor.


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