Salud y Románico

Yo lo veo de la siguiente manera: imaginemos que estamos a 28 de marzo, y amanece un domingo de Ramos verdaderamente espléndido. Frente al hotel, al otro lado de la carretera, el sol dora, con mimo progresivo, las milenarias piedras de la iglesia de San Salvador. Apenas pasan unos minutos de las ocho de la mañana, pero allí, en lo más alto de su espectacular torre mudéjar, las cigüeñas hace rato que han comenzado su actividad vespertina; algunas, incluso, fortificando aún más sus ya de por sí amplios y confortables nidos. Por el contrario, diminutos pero altaneros en su creciente número, los gorriones reivindican su espacio vital en las ramas de los árboles que circundan la avenida, y de hecho, uno de los laterales de la iglesia. Un grajo, sin duda más grande y fuerte, pero incapaz de enfrentarse solo a la inquieta turba de gorriones, levanta enfadado el vuelo, perdiéndose por encima de la azotea del hotel. Aún hay tiempo, antes del desayuno, para acercarse hasta la magnífica portada del siglo XII y con ojos de admiración, desearle los buenos días a la bailarina que, por algún motivo, se achaca, generalmente, a la habilidad del denominado Maestro de Agüero.
Imaginemos a continuación que es después de un suculento desayuno, donde en el plato del que suscribe se amontonan -para no perder la tradición y semejante a una desordenada torre de Babel- numerosos envoltorios de madalenas, cuando surje con fuerza un nombre -Agüero- que augura un auténtico plato fuerte como principio de nuestra excursión románica del día.
Pronto dejamos atrás los valles y pueblecitos cercanos a Ejea de los Caballeros y adentrándonos por carreteras comarcales prácticamente solitarias en un día festivo y a tan temprana hora de la mañana, asistimos maravillados a un paisaje evocador, que va cambiando progresivamente, alternando eríneos valles con zonas de monte bajo y otras, más boscosas donde algún que otro viajero -empeñado, sin duda, en emular la malsana costumbre de echar humo por los labios, afín a esos simpáticos hobbits de Tolkien- sueña con arcanos misterios, preguntándose si acaso, en lo más profundo e impenetrable, sobreviven aún parte de los seres ancestrales afines a la Antigua Religión.
No importa el nombre de los pequeños pueblos que se van quedando detrás, aunque sí, desde luego, el saber que a medida que nos vamos adentrando en la vecina provincia de Huesca, el paisaje se vuelve más espectacular y montañoso. No en vano, estamos acercándonos al antiguo Reino de los Mallos, y pronto tenemos un pequeño atisbo de la Magia Antigua cuando vemos, a alguna distancia, la impresionante mole hechizada de los Mallos de Riglos. Nuestro destino está cerca, pues lo siguiente que se aprecia, como un enorme dragón pétreo de escamas rojizas, son los Mallos de Agüero, bajo cuya panza resplandece un pueblecito de casitas de piedra, montañesas, de tejados de teja y pizarra y calles estrechas que, de alguna manera, desembocan en la iglesia de San Salvador.
Enfrente, en lo más alto y escoltado de vegetación, vemos, solitario cual Robinson Crusoe en su isla, el templo románico quizás más importante y espectacular de los alrededores: la iglesia de Santiago.
No es de extrañar que un amante del románico y del Arte en general, contemple este soberbio ejemplar religioso, comparándolo con una enciclopedia. Una enciclopeda de piedra, escrita con el lenguaje de los sueños: el símbolo. Todo en él, desde la bailarina -que parece ser el emblema por antonomasia, no sólo de Huesca, sino también de las Cinco Villas de Zaragoza- hasta el misterioso abracadabra de la palabra ANOLL grabada a escoplo y con inusitada repetitividad, constituyen pequeñas lecciones que, aunque maravillan y alientan el deseo de saber, son difíciles de digerir.
Y he aquí el punto culminante; el acto, inesperado y mundano, que hace que toda excursión que se precie no se reduzca tan sólo a volverse por donde has venido con un montón de fotografías en la tarjeta de la cámara, y diciendo: ¡joder, qué maravilla he contemplado!. La magia de una comida campestre entre algo más que apasionados del románico: una comida entre amigos. Y si como telón de fondo se tiene la suerte de tener una portada como la de la iglesia de Santiago de Agüero, pues tanto mejor.
No creo en las tesis doctorales; en hacer de las excursiones algo académico, aburrido y frío. Creo en compartir momentos y opiniones con amigos, independientemente de quien sepa más o menos, o cuán acertado se esté en las conclusiones. Siempre he pensado que el románico, aunque serio, no tiene por qué ser aburrido. Es más, afirmo aquí y ahora, que el día que deje de parecerme divertido, este blog, este pequeño universo de vivencias, no tendrá razón de ser. Y el que vaya para catedrático, pues allá él y buena suerte.
Coincido contigo, Rafa, en lo de la cristalería. ¡Pero qué rico estaba todo y qué momento más inolvidable!. Brindo por muchos momentos semejantes, y desde luego, las palabras de mi brindis no podrían ser otras que:
¡Salud y Románico!

Comentarios

KALMA ha dicho que…
Hola ¡Viva lo mundano! la hogaza de pan, el vino y el románico a la carta y me sumo al brindis ¡Salud y Románico! Besos.
pallaferro ha dicho que…
Efectivamente, fue un magnífico día en el que disfrutamos del privilegio del románico que ofrece Agüero.

Pero esto de la comida campestre llevada desde mil kilómetros en un par de cestas de mimbre, fue una pasada, todo un banquete cuidadosamente planeado para deleitar de comida y amigos, en un marco inigualable.

Un abrazo,
juancar347 ha dicho que…
Hola, bruja, y por supuesto, invitada estás. Lo mundano, compartido, es magia pura. Pan, vino y buena compañía...piezas claves del Camino. Un abrazo

Tú lo has dicho, Eduard: ese día en particular, quedamos bien saciados del mejor románico y la más amena y desinterada amistad. Como ves, aún continúo sorprendiéndome. No sé por qué, porque conociendo a algunos...¡Pero, joer, qué gratas sorpresas!. Un abrazo
Syr ha dicho que…
Tras los éxitos acaparados por los polvorones de agosto en Almazán, la merienda de toros en Córdoba, las medianoces a mediodía en Almodóvar y el chorizo de Serón y el pulpo de Agüero, la Agencia Eze confirma la noticia de que el afamado catering Pilara-Fende han sido contratados en exclusiva para atender los eventos de las reuniones de primeros ministros de la CEE. Me consta que en el pliego de condiciones técnicas ofertadas, se incluyen caldos del Pago y de Laujar, pestiños y rosquillos, hogaza y hasta anís del mono, todo ello envasado en cestas de mimbre con tapa de orejeras ( abstenerse neveras tipo Duque como la de Segovia).

Así que la próxima reunión, en la foto salen veinticinco más.

Salud y románico
juancar347 ha dicho que…
Ea, ¡para que luego digan que el Románico no es sabrosón! ¡Y de aburrido, nada de nada! Abrazos
Baruk ha dicho que…
No creo que ningun enteradillo o catedra de los que rondan por nuestro románico disfrute más de este arte que nosotros!! "arte" en disfrutarlo, claro está!

Y es que nosotros y el grial, digo el románico... somos UNO!

Por ello

SALUD Y ROMANICO!

**
juancar347 ha dicho que…
Por supuesto que sí, Baruk. Y además, disfrutado en todos los sentidos, sin importar lo mucho o poco que podamos saber cada uno, pero sabiendo, valga la redundancia, que ese poco o ese mucho que se aporta, nos enriquece y nos iguala a todos. ¡Salud y románico!.
Esca ha dicho que…
Hay cosas que no cambian nunca,por mucha cocina de autor,mucho catering ,y mucha parafernaria en cualquier restaurante,donde mejor se aprecian los sabores es en el campo y mas si esa mañana te has dado una jupa de aqui´para ya y si es en compañia mejor que mejor,en ocasiones yo salgo al campo solo para almorzar,me siento en cualquier roca de las hoces y a la a disfrutar del almuerzo del paisaje y como no del cigarillo despues ,un lujazo chicos ,sin esperas,sin cartas dificiles de descifrar y sin dolososa,por naaaa por cuatro cosillas y el local pero que mejor local y decorado que hasta donde te llege la vista menuda decorador que es la naturaleza a ver quien la iguala
que me he liao un saludo
campechanos, Esca
juancar347 ha dicho que…
Cómo te entiendo, Esca. Ten en cuenta que durante mucho tiempo he caminado en solitario, y no veas lo bien que me han sabido unos bocadillos en lugares realmente inolvidables. Eso,por supuesto, sin desmerecer estos ágapes inesperados y sorpresivos, con un escenario incomparable y que saben mejor que en comedor de cinco estrellas. Por si sirve de algo, que espero que sí, decirte que nunca nos olvidamos de los amigos, y sobre todo si estos si llaman Esca y Pilar. De manera que, queridos amigos, un fuerte abrazo para los dos.
Alkaest ha dicho que…
Estos ágapes, en el sentido más pagano del término a pesar de los templos a cuya sombra se producen, no serán jamás superados por ningún restaurante de muchos tenedores.
Porque son producto de algo que se va cimentando lentamente, la despreocupada amistad, la alegre camaradería y el desenfadado compañerismo.

¡Y el que no sepa aguantar una broma, que se vaya del pueblo!

Salud y fraternidad.
juancar347 ha dicho que…
Tú lo has dicho mejor que nadie, Maese Alkaest, y eso que te sugirió Pilara un buen choricillo para adornar la foto. Un abrazo

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