Castañeda, Cantabria: Colegiata de Santa Cruz
Dentro de los pormenores de un viaje corto, pero intenso a esa región especial de la Cornisa Cantábrica, que constituye la Comunidad de Cantabria, Castañeda y las circunstancias que rodean la explotación tiránica de su preciosa colegiata de Santa Cruz, no gozan, precisamente, de mis recuerdos más gratos. Si bien es cierto que la educación y las mejores voluntades por parte de los responsables de mostrar y vigilar el Patrimonio histórico-artístico en numerosos lugares de esta región son dignos de mi más sincero elogio y agradecimiento -mención especial, merecen, sobre todo, las personas encargadas de la Colegiata de San Pedro de Cervatos y de la iglesia de Santa María de Yermo- hacia Castañeda y sus custodios, sólo puedo expresar decepción; y hasta cierto punto lástima, por constituir una sombra sin duda alguna negativa, dentro de un conjunto grandioso y espectacular.
No puedo disculpar, en este caso, el tópico -tan antiguo como la historia del Diluvio Universal- afín a esa mentalidad retrógrada de funcionarios simplistas que, amparada por el yo sólo cumplo órdenes, emborronan y zancadillean todo intento honesto y desinteresado de llegar a estudiar, compartir e intentar comprender las características idiosincráticas que definen a nuestro fascinante Patrimonio nacional. No me sirven -y lamento si hiero susceptibilidades- las posturas intransigentes e inconsecuentes que amenazan con llamar a la Guardia Civil por querer sacar una foto del cartel de la puerta -¡ojo, del cartel de la puerta!- donde pone prohibido hacer fotos, y unos minutos después, viendo que se le escapa la posibilidad de poder hacerse con el impuesto revolucionario del grupo, demostrar una completa falta de respeto hacia los demás visitantes, permitiendo sacar algunas fotos del interior cuando éstos se marchen. No es ético; ni digno; ni justo, ni consecuente. Lo siento, pero tenía que decirlo, aunque el tema ya lo comentó también, en su momento, el bueno del Magister Alkaest, en una entrada de su blog Picota y Cepo, que lleva por título 'Obispado neurótico y feudal'.
Ahora sí. Obviando hacer referencia a unos interiores que, indignado me negué a conocer bajo unas condiciones tan despóticas y desafortunadas, diré que, a pesar de todo, me gustó contemplar este destacado templo, cuyos orígenes, inciertos y vagamente referenciados, como cabía esperar, tienden a situarse a comienzos del siglo XII, un siglo prolífico en este tipo de construcciones, a cuál de ellas más impresionantes, como demuestran las otras tres colegiatos situadas, respectivamente, en Santillana del Mar, en Cervatos y en San Martín de Elines.
Si bien desde sus inicios hasta prácticamente el siglo XVII fueron añadiéndose elementos, destaca, en la parte sur, el añadido adicional de una torre hexagonal, que aunque no es la única referencia, sí constituye, sin embargo, una de las pocas en su género existentes en la región.
Los elementos principales que conforman los motivos de capiteles y canecillos, están basados, fundamentalmente, en animales y vegetales, aunque destaca la presencia de elementos con forma de caras monstruosas, que tanto disgustaban a San Bernardo, al considerarlas sencillamente ridículas pero que, no obstante, representan auténticos iconos dentro del pensamiento de la época en que se esculpieron, formando parte de un mensaje general y secuencial, que aún está por descubrirse en toda su extensión.
Siguiendo con lo que parece ser una constante dentro del románico cántabro-palentino, animales y aves se representan de manera dual y afrontada; es decir, unidas por la cabeza. Destaca, también, la presencia de un elemento relevante y cargado de connotaciones simbólicas, como es la espiral, símbolo universal y mistérico donde los haya, situada en uno de los canecillos del ábside principal. En este mismo ábside, aparte de los rostros monstruoso-animalescos, destacan, así mismo, rostros que pueden ser considerados como típicas de la época, barbados, y en menor frecuencia, femeninos.
Comentarios
A soslayo entre razonamientos irrazonados por la cancerbera ¿ no te apercibiste que el crucero tiene una cúpula sobre trompas similar al de Frómista?.
Salud y románico
Un abrazo.
Anda, ahora... vas y lo largas¡
Salud y románico
Ese pareció ser también la finalidad de la colegiata de Elines, según tengo entendido, aunque de esos primeros tiempos apenas queden rastro. En cuanto a la denominación de Castañeda, creo que sí que te voy a tirar de la lengua, porque lo que se me está ocurriendo es demasiado simplista y lo fácil no suele ser nunca lo correcto. De manera que, adelante, aunque te prevengo que a lo mejor no me sorprendes. Un abrazo
Hola, Iconos
Te aseguro que no es una cuestión de revanchismo; posiblemente no hubiera mencionado el tema si la persona en cuestión no hubiera perdido los papeles como lo hizo. Todos sabemos que no es culpa suya: si el obispado prohíbe tirar fotos, pues está prohibido y punto. Pero esta señora se excedió, como comento, al impedir que se tiraran fotos del cartel de la puerta de entrada y además amenazar con llamar a la Guardia Civil. La visita no me la emborronó, aunque eso sí, no miento cuando digo que, indignado, me negué a visitar la colegiata. Y bien que lo siento, pero creo que ya está bien de que se nos pisoteé y se nos estafe en relación a algo que nos pertenece a todos, por mucho que se piense la Iglesia lo contrario. Un abrazo
Un abrazote
Por qué Colegiata de santa cruz?
Sabes me gusta cuando cuentas las cosas en primera persona, cuando tu mayor base es la experiencia.
Syr de mi vida y mi corazón a que se debe su denominación de origen, que me dejas con la duda, a la próxima que te vea, llevo un buen denominación de origen, jajaja.
Un besote y mucha suerte.
Verás.Cuando los benedictinos llegan a Cantabria allá por el s. X, van buscado el "negocio" que supone la corriente del peregrinaje a Compostela. Por eso se establecen en esa pequeña loma de Castañeda, próxima a un importante cruce de caminos paralelo a la costa y que por el puerto del Escudo comunica con la Meseta controlando el eje Oviedo-Santiago. Y conocedores de la clave mercantil, llegan portando dos reliquias: una del apóstol y otra del Lignum Crucis. Dudan donde instalarlas, pero como en aquella época está " más de moda", por exótica, la reliquia del madero de la crucifixión, acaban por depositar la del apóstol en la ermita de Santiago, en Camargo y la otra en Castañeda. Y no le fué mal la operación de marketing, pues este monasterio antes del 1.100 ya llegó a poseer dominio territorial y señorial independiente y terminó convertido en abadía con el abad Juan a la cabeza, como atestigua el cartulario de la Real Abadía de Santillana.
Y lo que son las cosas, la que pudo ser Colegiata de Santiago de Castañeda, por una decisión entre reliquias, al albergar una del Lignum Crucis nos ha llegado con su advocación: Santa Cruz.
Un beso. Te echaremos de menos.
Comprenderás mi silencio hasta el momento, pues estaba esperando que el "Malvado Malvís" acabase con sus "incógnitas", para no entrar en liza antes de tiempo.
Ahora, puedo deciros a todos que andáis equivocados. El nombre del templo, se debe a que fue edificado en lo que antaño era un gran bosque de castaños, una "castañeda"... De ahí, lo de Santa Cruz de Castañeda.
¿Ah, que os referíais a la primera parte del nombre? Bueno, eso carece de importancia, sabiendo como sabemos el negocio multinacional que se constituyó alrededor de las "reliquias". Y que, todavía hoy, sigue siendo rentable...
Salud y fraternidad.