Axis Mundi. Lugar de iniciación. Centro espiritual. Enclave de confluencias telúricas de primera magnitud. Parada obligada de peregrinos. Foco milagrero de una Virgen de la Salud, negra, desaparecida en la primera veintena del siglo XX. Un lugar, desde luego, extraordinario, sobre el que todavía pesan muchas preguntas, quizás demasiadas. Y sin embargo, en las respuestas que se han ido lanzando a los cuatro vientos a lo largo de los siglos -probables, aunque desfragmentadas- y por poco que se conozca el entorno del Cañón del Río Lobos, donde se ubica la ermita de San Bartolomé, un simple vistazo induce a pensar que anida una pequeña verdad en cada una de ellas.
A su manera, constituyen diminutos fragmentos de ese Gran Misterio, escurridizo e incognoscible, que es el Mundo del Espíritu. Un misterio que, en el fondo, no deja de soslayar las múltiples incógnitas generadas por la Humanidad desde el alba de los tiempos, en su afán por alcanzar la Mística de Dios.
Se llegue o no a descubir esa Gran Verdad; o mejor dicho, la parte de esa Gran Verdad espiritual que anida en este apartado rincón de la provincia de Soria, siempre se puede aplicar aquélla máxima de Kipling -hay un mundo ahí fuera, vé y descúbrelo- que en lugares como este, anima siempre a partir para volver.