Monasterio de Santa María de Melón
A pocos kilómetros de distancia de una ciudad que todavía conserva buena parte de su antiguo sabor medieval, Ribadavia, y de fácil acceso, pues no en vano está prácticamente al lado de la Autovía de las Rías Baixas o A52 , la pequeña población orensana de Melón, conserva, dentro de su término municipal, una de las joyas monumentales más carismáticas de la provincia: su antiguo monasterio, dedicado a la figura de Santa María. Sus orígenes, inciertos, lo suponen como una primeriza institución benedictina, que en el siglo XII –existen dudas sobre su fundación, pues hay quien considera los años 1154 ó 1158, aunque posiblemente fuera en época anterior, en vista de la existencia de un documento, fechado en 1142, que ya menciona el lugar y a uno de sus abades, de nombre Giraldo-, pasó a depender de la Orden del Císter o monjes blancos, hasta la exclaustración promovida con la Desamortización de Mendizábal. De la gloria y poder que tuvo antaño, ofrecen cumplido testimonio, sus voluminosas