Villanueva de Teverga: la magia interior de Santa María
A penas unos insignificantes kilómetros separan San Martín de Teverga y la prerrománica concepción de los capiteles de su colegiata, de la intencionada y a la vez increíble madurez espiritual de aquéllos otros que se localizan en la parroquial de Santa María, en Villanueva. Capiteles únicos en su género, por añadidura -los expertos hablan de otros similares en una iglesia suiza- milagrosamente salvados, no sólo del incendio revolucionario de 1934, sino también del apocalipsis pátmico de aquélla desgraciada continuación que fue la Guerra Civil. De hecho, la iglesia de Santa María de Villanueva tuvo que ser reconstruída prácticamente por completo y todavía hoy, más de setenta años después de tan dramático e irreparable episodio, aún se pueden ver parte de sus desastrosos efectos en los agujeros de bala que socaban las pinturas virginales que coronan el hemisferio celeste de su ábside. Quizás por ello, los vecinos sientan cierto recelo cuando ven acercarse a su parroquial a foráneos, ten