No obstante, y al contrario de las demás portadas expuestas hasta la fecha en el presente blog, las arquivoltas que adornan la portada principal de este templo, aportan la sutileza de un calendario agrícola, en el que cada mes del año se corresponde con una actividad determinada.
Llama la atención -y en esto el artista probablemente quiso dejar también de manifiesto la crudeza del clima en la región- las referencias a los meses de invierno, donde los personajes en cuestión se calientan junto a un fuego de vivas llamas; así como también, la representación de la primavera (abril), única referencia en la que aparece el elemento femenino, representado por una mujer con una flor en la mano.