El Gótico y el milagro de Pentecostés / The Gothic and the miracle of Pentecost
Confirmaba Miguel de Unamuno, en una de sus variadas, cuando no, floridas crónicas de viaje por España, la facilidad, que, en su caso, tenía para ‘leer’ -tal cual suena- un edificio tan sorprendente, como es, no cabe duda, esa gloriosa maravilla medieval, que, respondiendo al soberano apelativo de la ‘Pulchra Leonina’, es la catedral de León. Pudiera darse el caso, de que su mirada estuviera todavía bendecida por ese metafórico daño colateral de sapiencia, que, después del famoso milagro de Pentecostés, pareció caracterizar a una sociedad donde el ‘Verbo’ se hizo ‘Piedra’, siendo los canteros medievales, en este caso, los maestros indiscutibles de una época, que, bien terciado el siglo XII -siglo, que, entre otros grandes logros, vio despertar, también, ese fenómeno trovadoresco que tuvo su álgido apogeo en las denominadas Cortes de Amor o en el Amor Cortés- comenzaron a abandonar las oscuras obsolescencias de la arquitectura románica, para buscar la Luz de Dios en las alturas. La ar