Castañeda, Cantabria: Colegiata de Santa Cruz
D entro de los pormenores de un viaje corto, pero intenso a esa región especial de la Cornisa Cantábrica, que constituye la Comunidad de Cantabria, Castañeda y las circunstancias que rodean la explotación tiránica de su preciosa colegiata de Santa Cruz, no gozan, precisamente, de mis recuerdos más gratos. Si bien es cierto que la educación y las mejores voluntades por parte de los responsables de mostrar y vigilar el Patrimonio histórico-artístico en numerosos lugares de esta región son dignos de mi más sincero elogio y agradecimiento -mención especial, merecen, sobre todo, las personas encargadas de la Colegiata de San Pedro de Cervatos y de la iglesia de Santa María de Yermo- hacia Castañeda y sus custodios, sólo puedo expresar decepción; y hasta cierto punto lástima, por constituir una sombra sin duda alguna negativa, dentro de un conjunto grandioso y espectacular. N o puedo disculpar, en este caso, el tópico -tan antiguo como la historia del Diluvio Universal- afín a esa mentalidad...