Fragmentos de la España visigoda: la ermita de Santa Lucía del Trampal
No he penetrado todavía en Extremadura, al menos con la intensidad y la regularidad que hubiera deseado y que requiere una comunidad de sus características, con tanta riqueza natural e histórica, aprisionada –como lo oyen- en grandes latifundios o fincas privadas, donde cualquier intento por introducirse y arañar algún interesante vestigio, cuando no imprescindible rescoldo de las brasas de un rico pasado, está complemente prohibido, y por lo tanto, condenado al fracaso. De hecho, este espléndido cenobio de orígenes y constitución eminentemente visigodos –del que pretendo hacerles de cicerone, siquiera sea brevemente- estuvo durante muchos años en tal situación, circunstancia que derivó en el poco, escaso o nulo cuidado, perdiéndose buena parte de su primitiva originalidad, en Dios sabe qué cantidad de casas y cercados colindantes. Y aun así, pueden creerlo, provoca una emoción especial pasear por su entorno –donde los campos de olivos protegen parte de sus antiguas y desperdig...