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Mostrando entradas de septiembre 13, 2009

Luz y Oscuridad para un Apocalipsis: el Beato de Liébana

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'Ego sum alpha et omega, principium et finis, dicit Dominus...' (Yo soy alfa y omega, primero y último, principio y fin) [Apocalipsis, 21:6 y 22:13] N o ha de extrañarnos, en modo alguno, que siendo el más críptico de los evangelistas, el Apocalipsis de San Juan constituya una de las visiones más surrealistas de cuantas nos ha legado una Edad Media condicionada por un mundo en el que el símbolo conllevaba una forma de educación y de enseñanza conceptuales, acorde con unos tiempos marcados por el choque entre civilizaciones, donde el factor fundamental, cuando no el detonante, lo constituía la Religión. L a historia de esta joya medieval, universalmente conocida y apreciada, está ligada a la propia historia de un enclave que ha llegado hasta nuestros días más o menos intacto y convertido en un importante centro de peregrinación y jubileo, y que en sus inicios -oscuros e intranscendentes, perdido en un rincón de la inmensidad de los Picos de Europa-, se conocía como San Martín de

Ermita visigoda de Santa María de Melque

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S i hay un monumento contempóraneo de ese periodo histórico que marcó el fin del reinado visigodo y la invasión árabe de la Península es, sin duda, este extraordinario complejo monástico de Santa María de Melque. Emplazado a 30 kilómetros escasos de Toledo capital, dentro de los límites del término municipal conocido como San Martín de Montalbán, tanto la iglesia como los restos circundantes, ofrecen un apasionante testimonio de la importancia que realmente tuvo, dentro de este confuso periodo al que nos estamos refiriendo, y en el que encontramos un buen ejemplo de monasterio altomedieval. M uchos historiadores consideran, basándose en la bula de 1181, promulgada por el Papa Alejandro III, que Santa María de Melque constituyó, posteriormente a la conquista del reino de Toledo, uno de los cinco principales conventos que la Orden del Temple tuvo en Castilla y León. Concretamente, aquél referido en la mencionada bula como Santa María de Montalbán. Y otros muchos investigadores son, tambi