Escarcha en las manos
y cielos que al amanecer se convierten en pétalos de rosa; piedra y ladrillo
que se transmutan en ocres filosofales al ser alcanzados por los primeros rayos
del sol; sutileza y elegancia; sencillez, silencio y olvido: la herencia mudéjar
de la Vieja Castilla.
Pasando la mañana del domingo
Hace 4 años