Vírgenes románicas: sus enigmáticas majestades (Volumen 1)
Reminiscencias de incierto origen; de autoría e identidad desconocida en la gran mayoría de los casos; rasgos mayestáticos, impertubables y de una más que probable connotación oriental. Atribuidas en sus inicios a evangelistas como San Lucas o San Juan; ocultadas del terrible acoso árabe al que fue sometida la Península Ibérica durante siglos; perseguidas sin cuartel en guerras y revoluciones -por ejemplo, en Francia, un número considerable de ellas terminó en las hogueras de los 'hijos del 18 de Brumario', mientras que en España también fueron muchas las que corrieron similar destino durante la Guerra de la Independencia y la Guerra Civil-, y otras desplazadas de su lugar original e irremisiblemente perdidas para siempre.
Algunas, posiblemente un número mayor del que se supone en realidad, fueron vendidas a particulares o fueron objeto de expolio y sacrilegio, y hasta es posible que actualmente -disimulada en algunos casos su negra originalidad- formen parte del patrimonio cultural de museos como The Metropolitan Museum of Art de Nueva York, expuestas en su sección 'The Cloisters' junto a una considerable cantidad de obras de similar origen, como las pinturas de San Baudelio de Berlanga o aquellas otras que se encontraban en el ábside de la iglesia de San Martín, en Fuentidueña, provincia de Segovia, autorizada la 'cesión temporal indefinida', en Consejo de Ministros celebrado el día 12 de junio de 1957.
Parece más que evidente, así mismo, tal y como señalaba Jacques Huynen en su obra 'El enigma de las vírgenes negras', que su emplazamiento no estaba elegido al azar, sino que representaban la constelación de Virgo, haciendo bueno el axioma de Hermes Trismegisto en cuanto a la relación de que 'lo que está arriba, es igual a lo que se encuentra abajo'.
Pero por encima de cualquier consideración, el hecho que resulta más evidente, no es otro salvo el constituir el objeto de una fe, de una veneración que se ha ido perpetuando a lo largo del tiempo, sin duda alguna determinada por su fama de milagreras.
He aquí, en líneas generales, el fascinante enigma de las vírgenes románicas.
Comentarios
Yo ahora "persigo" a las gallegas y estoy teniendo mucha suerte. Espero que pronto puedas ver tres o cuatro más.Un besiño, Ana