Valderrobres, Teruel: iglesia de Santa María la Mayor


'Es importante recordar que lo sagrado no es el edificio, sino el lugar en donde se alza la construcción, en la cual los pueblos alzaron sus rezos a las divinidades. Por ello, es fácil comprender, en muchos casos, que bajo el altar de una catedral gótica, puede haber los restos de una iglesia románica; y bajo ésta, un templo romano, que también pudo haberse levantado sobre una construcción megalítica, donde los druidas pudieron haber rendido sus alabanzas a los dioses del Olimpo celta...'.
[Jesús Ávila Granados: 'A través de la España oculta', Editorial Aladena, S.L., 1ª edición, abril 2009]

......
Hay lugares que no dejan de sorprender; mucho más, si cabe, si estos forman parte de una provincia que ha tenido fama siempre, de no existir: Teruel. Dentro de esta supuesta inexistencia gubernamental, Teruel atesora una impresionante muestra histórico-cultural que se remonta a esa lejana, ignota y legendaria celtiberia nuclear, como así define Jesús Ávila Granados -periodista, escritor e investigador de la España mistérica- a ésta cultura, enigmática y parietal, que señoreó en tiempos nuestra remota Iberia.
Sólo a él he de achacarle éste, mi primer contacto con Teruel, y de hecho, con un singular pueblecito del Matarraña turolés, no exento, bien es verdad, de misterio y curiosidad: Valderrobres.
Recuerdo perfectamente la fecha, 25 de abril de 2009, así como un viaje que, curiosamente, se inició de madrugada por el soriano Valle del Jalón, continuando por tierras del Señorío de Molina, y terminando en este minúsculo punto del mapa situado, aproximadamente, a ciento cuarenta kilómetros de Castellón.


Ese día, sabádo, por cierto, Jesús presentaba su último libro, A través de la España oculta. Y lo hacía, precisamente, en este pueblecito, entrañable para él, cuyas lindes aún conservan los suficientes enigmas como para pensar que, contrariamente al eterno tópico, Teruel existe y de qué manera: restos dolménicos en los alrededores; joyas gótico-mudéjares, como la iglesia de Santa María la Mayor, pieza fuerte de la presente entrada; su puente románico, recorrido en tiempos por peregrinos entregados en cuerpo y alma al Camino de las Estrellas; huellas de una, quizás, desconcertante presencia cátara en el lugar, como demuestra la cruz de Occitania de doce puntas situada en un muro, no muy lejos de la iglesia de Santa Mª; huellas, también, del Temple, no sólo en las estelas funerarias, sino que, además, en algunos símbolos situados en la mencionada iglesia, alguno de los cuales -por ejemplo, el ventanal trasero realizado a base de triángulos superpuestos- fue anteriormente utilizado para la portada de alguno de sus libros, como La Mitología templaria. En fin, un cocktail tan ameno, variado y por qué no decirlo, exquisito, digno del paladar del mejor gourmet del Arte en general, y de los enigmas históricos en particular.

Comentarios

KALMA ha dicho que…
Hola!
Viendo estos videos sólo puedo decir ¡Teruel también existe!
Y te animo a que sigas adentrándote en esta provincia, cuyos pueblos ocres ¡Son mágicos! Desde la zona del alto Tajo, con Albarracín a la cabeza, uno de los pueblos más bellos de España, a el duro Maestrazgo lleno de batallas, desde la ruta de los tambores a las 2 Bárcenas o Alcalá de la Selva, sin olvidar Teruel ¡Mudéjar! y sus amantes y su torito... Un camino lleno de encanto, para recorrer un peregrino amante del camino. La calidad del video, la parte del pórtico, es estupenda, se ve claramente todos los detalles, te han quedado muy bonitos.
Un abrazo.
juancar347 ha dicho que…
Hola, Kalma. Esta provincia, como dices, bien merece una exploración a fondo. Claro que existe, aunque para la Administración no parece ser el caso. Hay una zona, en particular, llena de singularidades de toda clase que me gustaría explorar en el futuro: el Matarraña. De momento, y mientras tanto, me conformo con la experiencia que tuve el pasado abril. Un abrazo
Alkaest ha dicho que…
Interesante país Teruel y sus comarcas, recorridas hace ya tantos años que se impone volver a no mucho tardar.

Lo más interesante de tu reportaje, quizá no lo sepas, es esa "extraña" cruz empotrada en un muro. Un "cruz de Oc"...

Los cátaros y el Temple, no están muy lejos...

Salud y fraternidad.
juancar347 ha dicho que…
Pues ya sabes, todo es cuestión de proponérselo. A mi me gustaría mucho volver con tiempo, pues sólo estuve en una ocasión y aunque vi cantidad de lugares interesantes, sólo pude parar, por cuestión de tiempo, en Valderrobres. Buen ojo, Rafa. En efecto, se trata de una cruz cátara: la Cruz Occitana de doce puntas. Aquí convivieron mano a mano cátaros y templarios y también fueron enterrados unos al lado de otros, como demuestran las numerosas estelas funerarias que, aunque desplazadas y utilizadas como 'adorno' se encuentran en un parque anexo a la iglesia. Un abrazo
Baruk ha dicho que…
ejem... eso que la cruz de las doce perlas muestra que templarios y cataros convivieron mano a mano me lo teneis que contar con todo detalle. Según tenía entendido los templarios les dieron la "patada" a los de la lengua de oc, aunque quizá me informé mal.

Saludines y muchis

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juancar347 ha dicho que…
Hola, Baruk. Veamos, bajo mi punto de vista, lo que esa cruz demuestra, en principio, es que hubo una presencia cátara en el lugar, encubierta o no. En los aledaños, hay rastros de estelas cátaras y templarias. Sobre tu pregunta, parece que los diversos autores no terminan de ponerse de acuerdo, por cuanto que unos opinan que, como subordinados del Papa, los templarios, les gustase o no, tenían que acatar sus órdenes. Lo que parece evidente, es que éstos no destacaron, como de costumbre, ni jugaron un papel determinante en la cruzada contra los cátaros. Incluso hay quien sostiene que ayudaron a escapar a muchos cátaros, incluídos aquéllos que se descolgaron de Montségur con (se supone) las reliquias más sagradas. En fin, un tema controvertido donde los haya y en realidad, poco documentado, bajo mi punto de vista. Un abrazo

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