Biota: iglesia de San Miguel
Cuando hablamos de Biota, hablamos de una ciudad enclavada a orillas del río Arba de Luesia. Una ciudad, cuyo génesis se remonta al siglo IX, cuando fue repoblada por Sancho Ramírez. Resulta un dato a tener en cuenta, la suposición de que en el lugar donde se ubica esta iglesia de San Miguel, existió en tiempos un monasterio benedictino, dedicado a la figura de Santa María; monasterio que, al parecer, dependía del de San Esteban de Orés. Con posterioridad -se baraja el año 1071- fue entregado a los monjes de San Juan de la Peña.
Interesante de reseñar, puede resultar, también, el detalle de que en su término municipal, se encuentra el yacimiento arqueológico conocido como de los Bañales, cuyas ruinas parecen corresponder con la época tardorromana o altomedieval.
La iglesia de San Miguel -en la actualidad, y dado su estado de conservación en algunos lugares, un auténtico coloso con talón de Aquiles- fue incluida dentro del Patrimonio Histórico Español, por Ley 16/1985, siendo foco de atención de numerosos historiadores y amantes del Arte en general, y del románico en particular, como digno exponente de una región destacada por su riqueza en este tipo de construcciones: las Cinco Villas.
Como comentaba al principio, junto con la portada de la Adoración, destaca la portada representativa de un San Miguel -santo predilecto del Temple, cuya cruz paté pintada en rojo se muestra por encima de la portada- en funciones de ángel psicopompo o pesador de almas, directamente relacionada, no ya sólo con antiguas mitologías orientales -recordemos al dios egipcio Anubis- si no con sus características inherentes a la figura de juez y ejecutor.
Llama la atención, dentro del conjunto compuesto por figuras monstruosas y demonios, la presencia adicional de sendos ángeles portando lo que, bajo mi punto de vista, se presta a varias interpretaciones; una de ellas, podría hacer referencia a recién nacidos, sugiriendo una alusión al Purgatorio, aunque la otra, posiblemente más adecuada -tal y como ocurre en la tríada egipcia- podría sugerir la presencia de dos ayudantes conduciendo las almas para el juicio.
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