Barbadillo del Pez:ermita de Santa María de las Nieves
Podemos situar Barbadillo del Pez, aproximadamente a 3 ó 4 kilómetros tan sólo, de distancia, de Vizcaínos y a unos 70 kilómetros de Burgos capital, languideciendo plácidamente a la vera de un río que lo divide prácticamente en dos. Este río, de nombre Pedroso, fue hasta hace algunos años, un estupendo criadero de truchas. Y quizás en este exquisito y a la vez voraz ejemplar que abundaba en los ríos españoles, podamos encontrar una de las primeras claves relativas al entorno donde se localiza la curiosa ermita que nos ocupa en esta entrada, si consideramos que, trucha o truite, era una manera simbólica de referirse a los antiguos druidas.
No cabe duda, de que la ermita ha sido restaurada en época relativamente reciente, e imagino que por motivos piadosos hacia los feligreses, se ha añadido un porche que protege la entrada, situada en su lado oeste. Impresionantes, así mismo, son las connotaciones simbólicas derivadas de los laberínticos motivos que adornan los sillares que conforman el arco de medio punto de su entrada, en cuyas junturas -y perdóneseme por la duda- se advierten los colores grisáceos del cemento moderno. Dudas razonables son, así mismo, aquellas derivadas de observar en algunas fábricas tanto de la provincia, como de otras provincias -en Sotosalbos, provincia de Segovia, tuve la ocasión de observar materiales de construcción embalados con la marca Románico- una tendencia a reproducir en la piedra motivos artísticos medievales. Una idea extraordinaria para alimentar el gusto por lo clásico y paliar, al menos un poco, los expolios gratuítos de nuestro Patrimonio artístico y cultural, que embellecen chalets y casas particulares por doquier.
Poco más, en realidad, se puede decir que tan curioso elemento de culto, dada la imposibilidad de entrar en su interior, salvo el de reseñar lo sencillo de su estructura de planta rectangular y ábside cuadrado, carente por completo de cualquier tipo de adorno -a excepción de los laberintos circulares ya mencionados- incluidos canecillos.
Y no obstante, el lugar constituye, en sí mismo, un pequeño enigma histórico, que bien pudiera señalar un antiguo centro cultual pagano, convenientemente cristianizado.
(1) C. G. Jung: 'El hombre y sus símbolos', Aguilar S.A. de Ediciones, 2ª edición, 1974, página 106.
Comentarios
Y el templo visigodo, se alzó sobre uno romano edificado sobre otro céltico.
Es la vieja historia, de los dioses que se resisten a morir, y prefieren travestirse con los ropajes de quienes vienen detrás...
Por supuesto que el puente es medieval, en una calzada que se pierde en la noche de los tiempos.
Y el monte, tiene magia.
Salud y fraternidad.