Gáceta y Gaceo: parroquiales de San Martín
Pertenecientes también al municipio de Elburgo, las pequeñas localidades de Gáceta y de Gaceo, aún conservan algunos elementos románicos de interés en sus respectivas parroquiales, ambas dedicadas, curiosamente, a la figura de San Martín de Tours, santo de origen romano, guerrero de profesión y posteriormente convertido al Cristianismo, que aún a su pesar, participó en Tréveris en el proceso a Prisciliano, aunque estuviera en contra de la sentencia a muerte dictada contra éste.
De la parroquial de Gáceta, prácticamente remodelada por completo, apenas sobrevive la portada principal que, a juzgar por sus características, podría corresponder también, con un románico tardío, apuntando ya maneras góticas, y algunos, escasos canecillos, que representan cabezas animales. Dentro de la sencillez, no obstante, y de ser el tema vegetal el principal motivo representativo, resulta difícil no preguntarse qué mensaje quiso transmitir el cantero anónimo moldeando, dentro de ese conjunto foliáceo a que se hace referencia, un interesante animal que, por su aspecto, así como por la forma inconfundible de sus orejas, parece a todas luces un gato, animal sagrado en numerosas culturas e, igualmente, asociado con la luna. ¿Alusión a la antigua religión, de carácter lunar, que fue relegada con la llegada de una nueva religión, de índole solar, como el Cristianismo?. Otro detalle que llama la atención, es la cabeza humana, de rostro rubicundo, en el que se resaltan los ojos y los labios, aparentemente calvo o con la cabeza afeitada, que podría representar un sacerdote.
Aparte de algún graffiti, entre los que destaca la presencia de una estrella de cinco puntas, otro de los motivos que llaman la atención, perfectamente cincelada en el vano del pórtico de entrada, no es otro que aquél que representa una curiosa cruz, de brazos florenzados, cuya base, por su forma peculiar, puede inducir a sugerencias; tales, como si surge de la vegetación o si, por el contrario, esas formas ondulantes podrían ser consideradas como las llamas de una hoguera.
En las proximidades de Gáceta, y con una curiosa estructura de planta rectangular y ábside semicircular, sobresale la presencia de esta otra iglesia dedicada a la figura de San Martín. Los canecillos absidiales son lisos, no así los motivos de los ventanales que, aunque apuntando maneras góticas, como en el caso de la parroquial de Gáceta, insisten en la panorámica vegetal, añadiendo un elemento común y a la vez tradicional en la zona: el espárrago.
Dado que no hubo ocasión de entrar en el interior, y haciéndome eco de los carteles informativos, resaltar el detalle de las, al parecer, magníficas pinturas de la cabecera, datadas en el siglo XIV, que muestran diversas escenas de la Crufixión, del Antiguo Testamento, incluyendo, según parece, una representación de Santa Marina encadenando al demonio. Este detalle no deja de ser curioso, y a la vez misteriosamente significativo, si nos atenemos a la opinión generalizada de que esta santa nunca existió, no siendo pocos los autores que, por similitud fonética, observan una referencia a una figura muy presente dentro del folklore tradicional vasco-navarro: la diosa Mari. Es decir, la personificación de la Gran Diosa Madre.
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