El claustro románico de la Concatedral de San Pedro
'El simbolismo románico no iba destinado a los profanos, sino a los iniciados, que eran sus artífices y sus beneficiarios. Lo que vieran los demás, meras formas piadosas o enrevesadas fantasmagorías caprichosas o incluso, a veces, peligrosamente inclinadas al pecado o a la herejía -recuérdese el erotismo flagrante de muchas figuras del románico de Cantabria-, no tenían por qué explicarlo ni justificarlo ante nadie, porque formaba parte de su secreto, del secreto celosamente guardado por aquella selectisima casta de monjes que ya no buscaba la trascendencia, porque estaban convencidos de estar inmersos en ella'.
[Juan García Atienza: 'Monjes y monasterios españoles en la Edad Media', Ediciones Temas de Hoy, S.A., 1994]
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Comentarios
La cita con la que abres tu comentario, muy bella por cierto, creo que se puede hacer extensiva a casi todas las épocas históricas, no sólo a la Edad Media.Una obra de arte tiene o debe tener muchas lecturas, desde la más simple basada en "me gusta" o no, es decir, pura belleza, hasta el análisis de su contenido simbólico, con multitud de variantes intermedias.
Quizá, en mi opinión, el arte se "democratiza" un poco, y no siempre, a partir del siglo XX. Un abrazo.
Y todavía, en cada nueva ocasión, encontramos una figurita, una marca de cantero, una "señal", que en ocasiones anteriores nos había pasado desapercibida.
En cada revisita y repaso, cuando creíamos tener "todas" las fotos, nos sorprenden imágenes nuevas que todavía no hemos "cazado". ¿Estará ahí, una parte del seceto, de la atracción, que nos produce este "arte"?
El mensaje, o los mensajes del románico, son tan complejos y, a veces, enrevesados, y nuestra ansia de atraparlos es tan grande, que solemos mirar con demasiado apresuramiento, y se nos escapan por el rabillo del ojo algunas de las señales más significativas.
Hay que aprender, de nuevo, a mirar el románico. La mejor forma de encontrar algo esencial es no buscar nada en particular...
Salud y fraternidad.