Camino de Santiago Asturiano: Santiago el Mayor, de Sariego
No muy lejos de donde se ubica la iglesia de San Román, y en una zona conocida como los Llanos de Carabiego, la iglesia de Santiago el Mayor apenas conserva la huella de sus milenarios orígenes prerrománicos. Sobreviven de ellos, y en cierto modo milagrosamente, tan sólo una ménsula y tres pequeñas ventanas que, de alguna manera, evocan melancólicamente la grandeza que tuvo que tener en su día, como otro gran exponente de ese maravilloso Arte Asturiano que tanto cautiva a propios y extraños. De sino idéntico al de San Román, ésta iglesia de Santiago también sufrió las consecuencias de una contienda fratricida, en el transcurso de la cual -probablemente también en sus inicios- fue saqueada e incendiada; al menos, la parte que sobrevivió a otra auténtica plaga, como fue la invasión napoleónica de la Península. Se sabe que, entre otros, los concejos de Sariego y Pola de Siero fueron fecundos en actividades guerrilleras contra el invasor francés. Así mismo, es posible que en los campos aledaños al templo, se ubicara el campo de aviación republicano.
Por otra parte, el edificio que vemos ahora, no se parece ni remotamente, desde luego, a aquél otro que, es de suponer, supuso en épocas el interés del peregrino, otorgándole no sólo un lugar de acogimiento y rezo, sino también alguna clave indeterminada en su recorrido iniciático, existiendo, así mismo, la posibilidad de que en sus inmediaciones hubiera algún hospital dirigido por alguna orden militar, entre la que no hay que descartar al Temple. De hecho, en uno de los dinteles de su interior -supongo que todavía existirá, pues no me fue posible entrar- debe de encontrarse grabada la cruz paté dentro de un círculo, que menciona el investigador barcelonés Xavier Musquera en uno de sus libros más conocidos (1).
De época románica, por otra parte, pueden ser los cuatro grandes capiteles que sirven como basas o puntos de apoyo al entramado de madera que, a modo de porche, se localiza en el muero sur. Destacan, particularmente, dos de ellos: uno que muestra una piña en cada una de sus cuatro esquinas -tal vez significando la unión del pueblo cristiano, extendiéndose a los cuatro puntos cardinales- y el último de ellos, prácticamente pegado al muro, que repite un motivo sobradamente conocido en muchas de las iglesias del Principado; motivo, que no es otro que el de las bestias afrontadas.
(1) Xavier Musquera, investigador afincado en Barcelona, fallecido en diciembre de 2009. El libro de referencia, se llamaba originalmente 'La espada y la cruz'. Pongo aquí la referencia de la reimpresión que tengo: 'La aventura de los templarios en España', Ediciones Nowtilus, S.L., 1ª edición, abril de 2006, página 173.
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