Piérnigas: ermita de San Martín
Para terminar, siquiera sea momentáneamente, estre breve pero apasionante recorrido por algunos de los principales templos del que bien se podría calificar como el románico burebano, no podía faltar esta singular ermita. La ermita de San Martín, con su curiosa estructura dotada de sólidos contrafuertes en sus muros norte y sur, posee unos antecedentes que habrían de remontarla, cuando menos, al siglo XII. En realidad, este templo, que sufrió un lamentable estado de abandono durante muchos años, pertenecía a un pueblo, Villaverde, que fue absorvido por la actual población de Piérnigas. Se localiza en plena campiña, a un kilómetro, aproximadamente, des caso urbano de ésta última. Carente de cualquier tipo de ornamentación -a excepción de un pequeño rosetón que hace la veces de óculo por encima de su portada oeste- llama poderosamente la atención -y en este detalle, posiblemente se lleve la palma- la gran profusión de marcas de cantería que se localizan en sus venerables sillares, siendo la más generalizada de todas, ese simbólica pata de oca, características de algunas misteriosas cofradías de canteros, previsiblemente itinerantes que, como manadas de gansos o jars, tanto se extendieron no sólo por la provincia, sino también por los principales puntos del denominado Camino de las Estrellas o Camino de Santiago.
Toda una rareza, no cabe duda, a la que hay que sumar el detalle no sólo de encontrarse en vías del camino jacobeo, sino también en las proximidades de una parroquia -la de San Cosme y San Damián- que algunos atribuyen a la Orden del Temple, aunque de una forma bastante más que discutible, pues si bien ya con la tradición, propiamente dicha, se generan importantes desacuerdos, en este caso con la presencia, simplemente de una cruz paté, el valor se queda poco menos que aguas de borrajas. Y no obstante, fuera de cualquier especulación que ha de entenderse simplemente como dato a tener en cuenta y no como aseveración fehaciente de veracidad, lo que sí parece acertado es que, por sus características, podríamos decir que nos encontramos ante un ejemplar único en la región. Detalle que, por descontado, hace que una visita merezca realmente la pena.
Comentarios
Me ha encantado la entrada que has dedicado a la ermita de mi pueblo. Has sintetizado muy bien todo en su conjunto.